¿Cuántas veces en la vida hemos tenido que decir NO a cuestiones de cualquier índole?, y ¿cuántas veces nos habrán dicho NO a peticiones o necesidades que teníamos? ¿Cómo nos hemos sentido en la mayoría de esos casos, tanto en los que hemos sido nosotros los que nos hemos negado o hemos negado algo a alguien como cuando nos lo han negado otros?

Me gustaría que este pequeño post te incite a la reflexión, pues con un pequeño gesto, con un pequeño cambio, podemos obtener grandes resultados. Vamos a intentar imaginar alguna situación en la que podríamos decimos NO y vamos a tratar de transformarlas en un SÍ, analizando las posibles consecuencias en cada caso.

Supongamos dos recepcionistas de dos hoteles diferentes, ambos con todas sus habitaciones ocupadas para el fin de semana y un cliente llama para solicitar una estancia en una habitación individual ese mismo fin de semana.

– Caso A: El recepcionista del hotel informa al cliente amablemente que sintiéndolo mucho NO le quedan habitaciones libres para el fin de semana, o que le quedan en categorías superiores, PERO tendría que pagar un precio superior. El cliente probablemente buscará otro hotel antes de alojarse, probablemente se olvide incluso del nombre de este hotel en el futuro.

– Caso B: El recepcionista del hotel informa que en ese momento están todas las habitaciones ocupadas, pero le pide los datos al cliente para anotarle un descuento del 10% la próxima vez que quiera alojarse por las molestias, y además le informa que si se produjera alguna cancelación le llamaría de inmediato por si aún no hubiera encontrado estancia en la zona, o bien, podría darse el caso de que el hotel tuviera habitaciones de nivel superior disponibles, en cuyo caso podría ofrecérselas al cliente sin coste adicional, o que formara parte de una cadena de hoteles ofreciéndole una habitación en otro hotel de la misma cadena. Cualquiera de las soluciones habría convertido un posible NO en un SÍ, se le ha dado soluciones al cliente que en algunos casos incluso se convierten en ventajas adicionales, el cual, con alta probabilidad pondrá a ese hotel el primero de su lista en la zona, e incluso probablemente lo recomendará a sus conocidos.

Casos como estos nos los encontramos a millares tanto en el ámbito profesional como en el personal, unas veces nos encontraremos con estas negativas, pero muchas otras seremos nosotros los que las provocamos en nuestros entornos, rechazando propuestas, ideas o acciones que no pueden hacen más que atraer negatividad, que afectan tanto a tu estado de ánimo como al de las personas de tu alrededor, en lugar de buscar soluciones o caminos alternativos que puedan convertirse en un SÍ (siempre los hay).

En resumen, el SÍ atrae positivismo, atrae energía, y por tanto resultados favorables a tu alrededor que se convertirán en éxitos sobre tus proyectos, tanto en la vida personal como en la profesional, por lo que ¿por qué no tratar de cosechar Síes en lugar de NOes?

Como reflexión, te invito a hacer un experimento:

Durante un día trata de contabilizar el número situaciones en las que has usado el NO como respuesta, y el número en las que has convertido el NO en un SÍ. Ahora traza un objetivo de cambio, como reducir en un 50% el número de NOes o convertir esos NOes en SÍes y mide sus resultados durante un periodo de tiempo, por ejemplo una semana; estoy seguro que te sorprenderán y querrás seguir desarrollando este nuevo camino.

Para terminar te recomiendo leas sobre la Ley de la Atracción. Hay multitud de coaches que hablan de ello, no sin razón, e incluso hay un video documental al respecto el cual enlazo llamado El Secreto.

Espero te haya resultado útil este artículo. 😉